El salario del 90% de la población ocupada no le permite calificar para RD$1 millón en préstamo hipotecario
A sus 42 años Julia Valenzuela empieza a perder las esperanzas de tener una vivienda propia y digna. No es más pobre que la mayoría de los dominicanos, pero el costo de este bien es tan alto e inestable que, cada día, esta mujer dista más de la posibilidad de adquirirla.
Renunciar a envejecer bajo un techo de su propiedad es renunciar al sueño más prolongado de su vida y a uno de los más acariciados por las familias de la clase media baja y baja del país.
En República Dominicana se habla de un déficit que ronda las 700 mil viviendas. Los resultados del censo nacional más reciente datan de 2002: Según la Oficina Nacional de Estadísticas los ocupantes de 617,731 viviendas (el 28%) son arrendatarios.
Cinco años después, los indicadores que existen refieren prácticamente el mismo escenario: según la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo, en el último semestre de 2007, el 27.51% de las residencias en el territorio nacional era ocupado por familias que pagaban cuotas de alquiler.
Para esta población, el momento de comprar un inmueble se dilata en la medida en que aumentan los precios de los materiales de construcción y los intereses para préstamos hipotecarios.
La misma encuesta indica que el 90% de la población ocupada del país recibe un salario mensual de RD$17,707 o menos. De modo que una persona que pertenece a este 90% de la población, que trabaja 8 horas diarias, un promedio de 23.83 días al mes -como establece el código laboral- y no recibe ingresos extra, no calificará si solicita un préstamo hipotecario de RD$1 millón.
La respuesta será negativa también si se tratara de la solicitud de una pareja con ingresos de RD$40 mil.
En el ejemplo citado la cuota mensual para cubrir el préstamo hipotecario estaría entre RD$17,764 y RD$24,900 si se consideran las tasas de interés actuales.
Esta variable ha mostrado incrementos impresionantes en los últimos meses: de 12.5% en abril de este año, la variable creció más de un 100% en algunos bancos comerciales, hasta llegar a colocarse en 28% el pasado lunes.
PROPUESTAS.
Ante el problema habitacional, el Estado se ha mostrado tímido. En cuatro años, el Instituto Nacional de la Vivienda invirtió más de RD$5,297.8 millones en la construcción de 6,072 viviendas. De éstas, 1,701 no están concluidas y 2,228 fueron construidas para familias cuyas casas fueron arrastradas por las tormentas Olga o Noel.
Sin embargo, desde la sociedad civil y el sector construcción han surgido propuestas La Red de Coordinación Urbano Popular propone una ley que implicaría la creación de un Sistema
Nacional de Vivienda, así como una ley de intereses preferenciales.
Pedro Franco, asesor del grupo y representante en el país de la Alianza Internacional de Habitantes, expresa que el país puede superar el déficit habitacional con un plan decenal que mueva recursos equivalentes al 4.4% del PIB para este sector. Según un diagnóstico de la Alianza, la población aporta el 74% de los recursos destinados a la construcción de viviendas y, con esta dinámica, el aporte del Estado quedaría reducido al 2.2% del PIB durante una década. Otra propuesta de una ley de intereses preferenciales, según el tipo de vivienda y su precio en el mercado, ha sido presentada recientemente y de manera informal por la Cámara Dominicana de la Construcción.
Según explica Juan Cristian Maluf, representante de los constructores, se trataría de que el Estado les otorgue a los bancos comerciales y asociaciones de ahorro un crédito fiscal equivalente a los ingresos que dejarían de percibir por la reducción de los intereses en préstamos hipotecarios a personas de clase baja y media baja.
Maluf entiende que lo que el Estado dejaría de recibir por la subvención lo recibirá con el incremento de las actividades de la construcción a través de los impuestos.
La alternativa salvaría el déficit, según la propuesta.
Fuente: Clavedigital 04/09/08
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